jueves, 14 de octubre de 2010

28 años y todo se ve desde otra perspectiva.

28 años...no son ni por asomo los que tengo, sino que hace ya ese tiempo que ingresé en el nombrado enigmático mundo de la moda jajaja, parece que eran solo un par de años atrás, pero no...


Aún recuerdo la primera vez que encontré un trabajo relacionado con lo que sería mi futuro de hoy en día...todo mi entorno estaba contento por ello, sobre todo por el hecho de haberme apartado de la calle, amiga de nadie. En ese momento y casi sin yo saberlo, había encontrado un algo en lo que dedicarme. Limpio, con futuro y sobre todo con mucho colorido...ahora que tal vez, literalmente lo que se dice limpio, no sé....sería mucho más justo comparar este oficio con el de un mecánico de los de antes,  que trabajaba sin tanta tecnología.


También he de decir, que este oficio tenía mucho más futuro hasta que llegó el "desembarco de los asiáticos"...donde todo el mercado textil se fracturó con una mano de obra autóctona y sobretodo, barata.
Y eso que mi padre decía que había mucho chino para vestir...ahora las tornas han cambiado y tenemos que ser nosotros los que consumamos todo lo que producen -que como sabéis, es mucho-.


Bueno, la verdad es que al revisar todo lo que escribí, parece que desprecio un poco mi trabajo. No es así en absoluto, pero los años lo han cambiado todo un poco y lo que antes se denominaba moda, se ha convertido en un grupo de tribus urbanas compitiendo por monopolizar el mercado y todas sus tendencias, dirigidos todos por grandes nombres a expensas de llenarse los bolsillos...


A pesar de todo esto dicho, tengo confianza de que aprendamos de nuestros errores y, no que nos retractemos, sino que evolucionemos como siempre lo hemos hecho en todos los ámbitos, para poder volver a captar la esencia de la moda, la pasión por sus tejidos, la tendencia de los colores que creíamos olvidados y el sentimiento de creación que nos emocionaba.


Volveré a escribir con novedades sobre mi paso por la moda, que como os dije antes, no es sino largo. Gracias a las pequeñas esperanzas que leen este blog,


Manuel.